Sr. Uribe: ¡por favor, váyase!
Publicado el 09 de Agosto de 2009 El Tiempo
Durante la campaña española que enfrentó a Felipe González y José María Aznar, este hizo famoso un reclamo: "¡Váyase, señor González!". Con todo lo desagradable que es Aznar, parece oportuno imitarlo y decir: "¡Váyase, por favor, señor Uribe!" Intercalo el "por favor" porque los bogotanos somos mucho más educados que los castellanos y porque a Uribe los colombianos le debemos muchas cosas, aunque cada día que pasa es más patética su desesperación por agarrarse al puesto. Y peligrosamente perjudicial.
Su gobierno devolvió al país el ánimo perdido, hizo recular a la guerrilla y mostró un presidente laborioso. Pero la casa se le está cayendo encima y, si insiste en reelegirse, podía provocar una hecatombe histórica. Cuando la tozudez de los hechos parecía liquidar a Uribe III, el ministro de Gobierno, en intolerable intromisión político-electoral, anuncia que el 18 de agosto embutirá a la brava el texto de conciliación de las Cámaras para reflotar el plebiscito continuista.
La terquedad oficial sumerge al país en un pantano y borra con crueles brochazos algunas cosas buenas de Uribe. Sus candidatos a Procurador y Fiscal han sido francamente vergonzosos. La meritocracia fracasó: un informe reciente de Transparencia Nacional revela que estamos igual o peor que antes y que la posibilidad que tiene un ciudadano de alcanzar un cargo gracias sólo a su hoja de vida es un carisellazo del 50 por ciento. Los desplazados alcanzan récords mundiales y se refugian ya en todos los rincones del país. Los desmovilizados son un problema formidable: el eficaz Frank Pearl reveló que más de 1.200 han sido asesinados desde que empezó el Plan de Reintegración que él dirige. La corrupción no cesa: hace poco detuvieron al último gobernador de Bolívar y al último alcalde de Cartagena, ambos uribistas. Las escandalosas chuzadas del DAS, desplante estalinista que ha debido cobrar altas cabezas, no mosquea a la cúpula oficial. La carta que propone el plebiscito adolece de fallas esenciales y corruptelas sonrojantes. Hasta los hijos del Presidente sufren, más allá de sus errores, los reflujos de la reelección, como se ve en la indagatoria probablemente abusiva que sufrió Tomás Uribe en la Corte Suprema.
La situación internacional es casi catastrófica. Hace ocho días supuse en Cambalache que el Gobierno había realizado labor diplomática previa para explicar las bases gringas en Colombia. Estaba equivocado. No había hecho nada, y Uribe tuvo que recorrer el continente a marchas forzadas para realizar tarde y mal un trabajo informativo que, obviamente, ha debido hacerse antes.
El Presidente no parece percatarse de que los precandidatos libran sus primeras batallas y que la política, alborotada, pide renovación. Rodeado de áulicos que le envenenan el ego con encuestas y teorías insostenibles (el Estado de Opinión, los bombardeos preventivos), vive en un mundo ajeno a la realidad.
Ya es hora: ¡váyase, por favor, señor Uribe!
ESQUIRLAS. 1) ¿Conocerá el Gobierno las últimas noticias sobre la toxicidad del glifosato que aplica contra los cocales y su entorno natural? Averigüe los recientes hallazgos de los profesores Giles y Seralini, de la U. de Caen (Francia), y sabrá de qué modo este químico fragmenta el ADN y altera las hormonas sexuales. 2) Como era de temerse, la Procuraduría ya decidió que había sido legal la muerte del hipopótamo 'Pepe'. No se tomó el trabajo de indagar quién es el veterinario que planeó la ejecución, ni las denuncias contra él de sus compañeros de la Fundación Vida Silvestre Neotropical. ¿Quién autorizó a este señor para disponer de los restos del hipopótamo, patrimonio público? ¿Qué suerte corrieron la hembra y la cría? El fusilánime ministro de Ambiente debe dar la cara o presentar su renuncia, como exigieron 18 ONG ambientales hace una semana.
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Comentarios
Esta pequeña página es nuestra ventana para ver El Tambo desde la distancia y Tú decides dedicarla a publicar críticas de personajes que pudiendo hacer algo por el país no han hecho nada y aún así se la dan de adalides de la dignidad. Me gustaría que olvides la perorata ajena y barata, que vuelvas a creer en ti mismo y que te juntes con gente positva, constructora de humanidad. Los que trabajan por si mismos y por el país son los ùnicos a los que la historia y la humanidad recuerda y agradece. Eres persona de estimación, no nos defraudes repitiendo cantatas de personajes que se creen queridos porque focas amargadas los aplauden en cocteles de chismosos, mantenidos y desocupados.
Perdona mi crudeza, pero creo necesario sacudirte para que te pongas a trabajar en lo que debes y te desembolates de ideologías sin fundamento serio que han extraviado a muchos jóvenes.
Un abrazo: Lucía Samora.