Cuando me acerqué al lugar donde se está trabajando la obra de infraestructura del Centro Vida en El Tambo, me alegré de ver un espacio con buen avance. Ingresé y abordé a uno de los obreros:
- Que buen avance ¿cuándo piensan terminar?
- En este mes de noviembre culminamos obras - me dijo y luego pregunté - ¿para cuántos adultos mayores tiene capacidad el Centro Vida?
- Para 30
-¿Y cuántas habitaciones se construyeron?
- 15
La deducción era fácil, en cada habitación dos adultos mayores. Las noticias eran buenas. Así que decidí publicar la nota con la alegría de dar las buenas nuevas de un espacio que brindará acogida y buena atención a los adultos mayores.
Sin embargo, los datos que me dio el trabajador de la obra fueron erróneos. Me equivoque por confiar en la fuente y no confrontarla de inmediato antes de publicar la nota. A lo cual pido disculpas.
Al constatar con el Ingeniero residente Anderson Narváez, entrevistado en el Programa de Radio NotiTambo, el profesional confirmó que el número es en realidad de 9 habitaciones, es decir, que el Centro sólo tendrá la capacidad para albergar 18 adultos mayores. Que seguramente serán priorizados según las condiciones de vulnerabilidad más sensibles. En El Tambo, en especial, en la zona rural existen muchas realidades en la que los adultos mayores se encuentran en un abandono casi total tanto por entidades como por familiares. Muchos de ellos, particularmente mujeres, a pesar de sus limitaciones físicas y enfermedades salen a pedir caridad. Algunas ya ni eso pueden. De la situación dan fe habitantes de El Tambo que ayudan solidariamente a las realidades que enfrentan los adultos mayores. Basta con recordar los 80 adultos mayores en situación de vulnerabilidad que atiende el Dispensario Santo Hermano Pedro. Este dato hace cuestionar los criterios de construcción de solo 9 habitaciones del Centro Vida.
El ingeniero Narváez, aclaró que se entregará la primera fase de la construcción de la obra. La cual una vez concluida en este fin de año, no garantiza que el Centro Vida inicie su funcionamiento porque, entre otros aspectos, queda faltando el necesario y vital acueducto para surtir de agua potable al lugar.
Así la situación, se tendrá que gestionar o aprobar los recursos para la fase dos por parte de la nueva Administración y los nuevos Concejales.
Uno de los muchos casos de abandono de un adulto mayor que se presentan en el municipio es, por ejemplo, lo que vive la señora María Erminda Silva, cuyos familiares que dice ella tener no la reconocen y actualmente vive en una casa de madera, en la vereda Santa Lucia.
El camino para llegar a la casa, que amablemente le ha ofrecido el señor Antonio Pupiales, es largo y casi intransitable en este tiempo por el invierno fuerte y el barro. El piso de la habitación está en tierra lo que fácilmente la hace presa de pulgas que la tienen atormentada. Además, y como si fuera mascota, tiene un gallo dentro de su habitación al que ella no quiere dejar salir. Se queja de dolor en la cadera. Toma con esfuerzo un bastón y camina con limitación.
Algunos tambeños solidarios han pedido al Centro Hospital San Luis que posibilite la ambulancia para llevar a las señora a la entidad de salud y reciba atención médica, pero el caso según la ESE no califica para aprobar la salida del vehículo. La han querido bajar en vehículos particulares pero ella se resiste a salir de su habitación. Se espera que por humanidad desde el Centro Hospital San Luis realicen una visita hasta el lugar donde habita la señora.
El camino para llegar a la casa, que amablemente le ha ofrecido el señor Antonio Pupiales, es largo y casi intransitable en este tiempo por el invierno fuerte y el barro. El piso de la habitación está en tierra lo que fácilmente la hace presa de pulgas que la tienen atormentada. Además, y como si fuera mascota, tiene un gallo dentro de su habitación al que ella no quiere dejar salir. Se queja de dolor en la cadera. Toma con esfuerzo un bastón y camina con limitación.
Algunos tambeños solidarios han pedido al Centro Hospital San Luis que posibilite la ambulancia para llevar a las señora a la entidad de salud y reciba atención médica, pero el caso según la ESE no califica para aprobar la salida del vehículo. La han querido bajar en vehículos particulares pero ella se resiste a salir de su habitación. Se espera que por humanidad desde el Centro Hospital San Luis realicen una visita hasta el lugar donde habita la señora.
María Erminda cuando podía bajar a pedir caridad al casco urbano la rodeaban un número significativo de perros, pero hasta estos la han abandonado. Solo queda uno en la casa donde habita y su gallo. A sus 76 años de edad ya no escucha bien. Hay que alzar la voz para saludarla. Hace el esfuerzo de cocinar lo poco que le llega de la caridad de las personas que de vez en cuando la visitan para ver si sigue viva, dicen.
En su ventanal ha puesto una cobija con estampados de las princesas de los cuentos. Si el Centro Vida entrara a funcionar tanto para ella como para muchos otros adultos mayores, será pasar a un castillo donde prometen brindarles atención integral y mejorar la calidad de vida, pero hasta ahora este sueño tendrá que esperar.
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